jueves, 2 de agosto de 2007

Pensamos en el futuro?



Hoy, en una reunión con un cliente, y entre las cosas que se hablan mientras se toma un café, le propuse hacer un ejercicio intelectual desvalorizado en estos tiempos: tomarnos un momento para planificar el futuro de un proyecto en particular, abstraernos por un instante de la presión del día a día, y pensar un poco.

Me dijo: "Y esto porqué? y porqué ahora? para qué, si ante un cambio de escenario inminente en el marco político-económico, no conozco las reglas que tendré que seguir en el futuro?"

Todos los que leyeron algo de temas de negociación, construcción de futuro, etc, saben a qué me refiero: se trata, se intenta, de pensarnos a nosotros mismos YA en el futuro, viviendo la situación deseada, y desde allí mirar hacia el presente. Si logramos ese ejercicio, al retroceder hacia el hoy, veremos claramente qué fue lo que “hicimos” para llegar a ese futuro. O sea: qué acciones hubimos de tomar para recorrer el camino desde el hoy hacia el futuro.

Siguiendo con este pensamiento ideal, y si tenemos claro el futuro que queremos (insisto), poco importa la coyuntura, ya que adoptaremos y adaptaremos las medidas necesarias para lograr nuestro objetivo: vivir el futuro que estamos diseñando.

Entonces, por ejemplo, si, mi futuro es desarrollar un emprendimiento vitivinícola en el valle del río Limay, y tener mi primer corte de malbec para el año 2012, sé, o puedo saber con bastante certeza que tendré, entre otras cosas que:
- ubicar la locación de las plantaciones, considerando calidad del suelo, irrigación, grado de asoleamiento, accesibilidad al sitio, infraestructura de servicios disponible, RRHH disponibles para mano de obra, etc.
- Definir cómo voy a adquirir el lote y su financiamiento: programas de apoyo a pymes, subsidios gubernamentales, créditos bancarios, aporte de inversores, etc.
- Definir el cronograma de producción, que en este caso comienza por la definición de las vides a plantar, construcción de los edificios productivos, definición de la tecnología a emplear para el acopio, prensado, fermentación, embotellado, etc.
- Definir cuál será nuestro mercado objetivo y el plan de marketing.
- Tener en cuenta los cambios políticos en el gobierno de la región, a fin de prever posibles cambios impositivos, de promoción frutícola, etc.
- Consolidar toda esta información en un Plan de Negocios, que resuma y exponga los puntos principales y los hitos imprescindibles a tener en cuenta para el logro del objetivo.
- Y un largísimo etc.

(Perdón por favor a aquellos expertos en vides y vinos, no es mi objetivo simplificar mal un desarrollo de este tipo, sólo lo uso de ejemplo)

¿Qué ventaja tengo al hacer un análisis de este tipo, lo más exhaustivo posible? La ventaja de orientar mi trabajo día a día, de servir de brújula efectiva para no dispersar mi energía. Sabiendo que yo quiero ser el dueño de “Viñedos Juancito” para el año 2012, tengo hoy, aquí, y ahora, mi plan de negocios que me indica todo lo que tengo que hacer.
Al haberme parado “en el futuro”, al haberme pensado a mí mismo ya en ese tiempo, hago un regreso al hoy, y anoto los pasos necesarios, las tareas que se requieren, para llegar a ese futuro.

Sabré positivamente que algunas condiciones dependen exclusivamente de mí mismo (internas o propias), y otras condiciones o situaciones serán totalmente ajenas, externas……qué lindo, no? Las famosas condiciones externas…….el Mal en sí mismo, personificado en……………cambios de gobierno, variación de la tasa de cambio (en este país eso influye mucho algunos proyectos), conflictos gremiales (si emplearé personal de algún convenio colectivo de trabajo), y muchos otros condicionantes.

Y aquí es donde creo (y aprendí) está la clave: yo decido. Yo elijo. Soy adulto y soberano en esto. Puedo elegir dejarme llevar, “es el destino”, “estoy marcado para que me salga bien o mal”…………O puedo decir: “el destino está allá, soy yo y mis viñedos, y eso es el destino, allí estaré indefectiblemente; y aquí y ahora, yo iré eligiendo de qué forma y por cuáles caminos, llegaré”.

No hay proyectos descabellados, entonces, si tengo claro y definido mi futuro, mi deseo, mi objetivo. Lo que sí hay es la posibilidad de aplicar mi energía en ir llevando a cabo las tareas que me llevan a él.

Optimismo exagerado? Entusiasmo infantil? Será que hoy Jueves salió el sol en Neuquén, brilló un poco más de lo habitual y eso me alegró?

Decídanlo ustedes, pero sobran ejemplos de que poder es querer. Uno quiere, y uno puede, porque hace lo necesario para lograr lo que quiere. Sentado en la vereda, quejándonos de las cosas “que no tienen solución” obviamente no podremos……

Un abrazo.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

estas del tomate, flaco. con un subsidio de $200 no podés ver ni el fin de mes ¿cómo hacés para comer?

Anónimo dijo...

coincido totalmente con el anónimo anterior!!
dejate de joder !!! mirá un poquito de realidad argentina y pisa tierra!