martes, 30 de octubre de 2007

Tecnología y un uso “consciente” de la misma (decir “uso criterioso” queda mal?)


Así resulta que de mi post anterior sobre la “Brecha Digital” ya tuve una rápida y furiosa respuesta, en vivo, de un amigo muy querido, y motivó mi propia respuesta, ésta, para nada furiosa, y por todo consecuente con mi anterior post, pero también consecuente con ciertas ideas y criterios.

Resulta que claro: mal podemos insistir en mejorar el acceso a Internet de las personas, si no disponen de comida, de educación, de trabajo. Estoy totalmente de acuerdo en que estas son prioridades insoslayables, son derechos inalienables de las personas, aquí y en cualquier lugar del mundo (se respeten o no, son derechos universales).

Pero con la misma fuerza estoy convencido de que dentro de la vorágine que es la vida de todos nosotros, todos buscamos y debemos buscar, las formas y maneras más cercanas, más próximas, más accesibles, y más a la mano, para ir solucionando cada uno, todos, o al menos…………..al menos alguno de estas necesidades, de estas carencias.

A la persona que no llega a fin de mes por su magro sueldo, no le voy a hablar de inclusión digital. Le tengo que solucionar primero en forma urgente la necesidad de alimento y de cuidado de la salud. Luego, mientras busco la forma de solucionarle la necesidad de educación y trabajo, AHÍ ES EL MOMENTO de pensar a futuro. ESE es el punto en el que se diferencia una acción cortoplacista de una acción con miras largas. Si sólo le brindo a la persona un trabajo elemental para que pueda alcanzar el fin de mes, si sólo lo instalo cerca de una escuela y le digo “tomá, aprendé vos ahora”, no estoy haciendo las cosas bien.

A estudiar, se aprende. Hay que enseñar a estudiar. Hay que acompañar el estudio y la educación. Hay que acompañar el conseguir un trabajo y mantenerlo. Y hay cosas que se pueden hacer en paralelo y no son excluyentes entre sí. La persona que vive postergada en un paraje del interior, vive postergada por muchas razones. No hay frecuencias de transporte para ir a la ciudad grande a comprar alimentos. No hay escuela en el lugar, o está a varios kilómetros. No hay fuentes laborales para todos los habitantes. Hay emigración hacia los pueblos más grandes cercanos. Cuidar la salud es una proeza, y más vale ser como nuestros abuelos, que se curaban solos….

Así las cosas, mientras se instrumenta una forma de des-postergar a estas gentes, ¿por qué no intentar también brindándole acceso al mundo a través de otro medio? ¿No es acaso otra forma de acercar el mundo a estas personas? Con la guía adecuada ¿no se facilitaría la tarea de educadores que concurrieran a estos sitios una vez por semana, por ejemplo, y luego se mantendría el contacto vía mail? ¿No sería también factible adelantar información sobre alguna dolencia que sufriera un lugareño, para que al ser trasladado al nosocomio más cercano ya estuvieran prevenidos?

Considero y descarto que gente adulta utilizará la tecnología con criterio, aprovechando lo mejor de ella. ¿Verdad? Claro, verdad!! Por supuesto! Nadie duda de eso!! Nadie duda, por ejemplo, que una persona adulta, madura, no se va a volver loco con los mensajes por el celular, como un adolescente que recién descubre una nueva forma de comunicarse con sus amigos. ¿Verdad?.......Desde luego, es así. Los adolescentes apropian las tecnologías con mucha facilidad, y le encuentran rápidamente utilidad concreta, para comunicación, para diversión, o para ocio. ¿Qué mercado interesante, verdad??!!

Pero volvamos, estamos hablando de gente que quiere solucionar problemas estructurales. Estamos hablando de gente que quiere de verdad ayudar. Estamos hablando de utilizar el criterio, el sentido común, para evaluar y decidir dónde, cuándo y cómo se incorpora una Tecnología de la Información y la Comunicación en un proyecto comunitario y que busca la inclusión. Todos están de acuerdo conmigo, ¿verdad? Por supuesto, estamos hablando de gente que no piensa en que desde una localidad lejana, usarán el acceso a Internet sólo para buscar los resultados de la lotería…

No, desde luego que no. La idea que tenemos TODOS es que en un proyecto así, hay que guiar, hay que acompañar, hay que dotar de contenido, hay que hacer tutoría sobre los nuevos incluídos digitales. Hay que hacer docencia. Sino, entraríamos en el facilismo de “tomá el auto y aprendé vos a conducir y las normas de tránsito”. Acaso no tuvimos todos un padre, un tío, un hermano, alguien que nos enseñó a conducir? Pero claro!

Entonces, no veo conflicto ni moral ni ético en mi post anterior. Sigo pensando que hay que acercar la “conectividad” a todo el mundo. Sigo pensando que la gente que no tiene para comer debe ser ayudada para solucionar ese problema.

Y como siempre, pienso que lo mejor es enseñar a pescar, no proveer el pescado. La función de enseñar (lo que sea) y educar es una responsabilidad de los que tienen la habilidad natural, la capacitación y la posibilidad de hacerlo. Es un acto de generosidad. Es, diríamos, una obligación moral.

Entonces, todos ustedes que dominan un tema, que tienen un conocimiento ¿están ya listos para compartirlo, para enseñárselo a otros? ¿Vieron que todos nos enternecemos cuando vemos a los monos del canal de los animales, como se despiojan entre todos, como enseñan a los más chicos a despiojarse, como enseñan a los pequeños a correr cuando hay peligro, y cuáles son las hojas buenas para comer? ¿lo vieron? Ok, si lo vieron……………porqué no hacen lo mismo entre los seres humanos, que somos MÁS Y MEJOR evolucionados?? Me perdí algún capítulo? Faltaba algo? Algo nos lo impide?

Amigas y Amigos, esto es fácil y no hay que darle vueltas. Dios (o en lo que ustedes crean) nos concede gracias, dones, habilidades. ¡Usémoslas en beneficio nuestro y de nuestros semejantes!

Se vemos!

lunes, 29 de octubre de 2007

La Brecha Digital en la Patagonia (¿la culpa es del chancho?)


La Brecha Digital es un concepto que intenta explicar, someramente, la diferencia existente entre personas que tienen acceso a diversas tecnologías de la información y de la comunicación, y aquellas que no tienen esa posibilidad de “conectarse”.
Diríamos también que este concepto podría describir la diferencia subsiguiente de oportunidades de diversa índole que muestran grupos sociales diversos. En general estas diferencias son más notorias en lugares alejados de los grandes centros o metrópolis del mundo (de todo el mundo, tanto en el primero como en el tercero).

Entonces, sin pretender descubrir la pólvora otra vez, podemos decir que la Brecha Digital es un problema de infraestructura de acceso. ¿De acceso a qué? Bueno, de acceso a la información, de acceso a las comunicaciones, de acceso a Internet, a servicios de telefonía fija y móvil. También, en una medida un poco más específica, la Brecha Digital también nos permitiría, identificar personas que poseen PC de las que no la poseen. Y también hilando más fino distinguiríamos las personas que saben utilizar una PC de las que no, aunque ninguna de las dos la posea (ante la posibilidad de acudir a un “ciber”).

Dicho esto, todos uds. adivinarán rápidamente, o ya adivinaron, dónde está el quid de esta cuestión: ¿cómo hacemos para achicar o reducir la Brecha Digital? También, siendo purista y metiéndonos en antropología o sociología (según el caso) podríamos preguntarnos ¿conviene reducir la brecha digital?

Analizando la segunda pregunta primero, comparto la opinión de muchos en que sí: conviene, y mucho, reducir la brecha digital. Parece una verdad de pero-grullo tener que decirlo, pero sí: hay que entender que en el mundo de hoy, es imprescindible tener unos conocimientos mínimos de computación, saber hacer una búsqueda de información en la web, poder enviar y recibir mails, y aprovechar algunas de las herramientas on-line que están a disposición de todos. Hace 50 años, a una secretaria se le exigía que tuviera conocimientos y experiencia en “dactilografía” o “mecanografía”. Hoy, la necesidad de “saber emplear una computadora y saber obtener información de la web” es una necesidad para un universo mucho mayor que el de las secretarias (a quienes incluye, claro). Un conocimiento básico de los aplicativos que permiten escribir un documento, hacer una presentación, o editar imágenes para su impresión, hoy es algo que se exige en lugares tan insólitos como………la escuela secundaria. Los CV que uno presenta ante una empresa, deben ser digitalizados y enviados por mail o tipeados en un formulario on-line. La lista es interminable. Desde reservas de pasajes, pago de servicios, convocatorias a reuniones y citas, trabajo en equipo con gente distante, todo esto se ha vuelto algo muy común en ciertos ámbitos. Y será más común conforme pase el tiempo.

Ahora bien, analizando la primer pregunta…………..claro……aquí está el tema a discutir, a debatir, y sobre todo, aquí está el tema que requiere el esfuerzo y la participación de muchos. ¿Cómo hacemos para acercar las TIC’s (Tecnologías de la Información y la Comunicación) a la gente? ¿Cómo compatibilizamos el hecho de que hay personas que no tienen necesidades básicas resueltas, y nosotros pretendemos que sean “incluídos digitales” en lugar de “excluídos”?

Nuestra vasta geografía patagónica, y en realidad nuestra vasta geografía como país, representa un desafío enorme para esta tarea. Y paradójicamenete, creo que en esa vastedad y en esa dificultad está la fortaleza de un futuro de inclusión. La Patagonia es vasta, es lejana, las ciudades y pueblos están muy alejados unos de otros. El invierno es duro, los caminos se cierran, todo es más caro (aunque se insista en que no, ES más caro), y en definitiva, el acceso a la información y ciertos trámites, ciertas tareas se vuelven muy complicadas.

La posibilidad de reducir la Brecha Digital, se fundamenta justamente en la vastedad de esta región. Esta inmensidad, esta lejanía, hace que los que aquí vivimos adoptemos mucho más rápidamente cualquier tecnología que nos acerque al mundo. No es para asombrarse cómo en los lugares más remotos hay conexiones de televisión satelital. Y en todos los sitios donde hay señal, abundan los celulares (son baratos y cualquiera puede aprender a utilizarlos). En ciudades donde no tenemos la generación y exposición de contenidos “aquí a la mano” para participar en vivo, no nos queda otra posibilidad que verlos a distancia, ya sea por televisión o por Internet.

Una muestra de esto es la penetración y la demanda que generan los servicios de banda ancha en el interior, en el sur. Todas las ciudades que cuentan con este servicio, ya sea por pares telefónicos, como por cable o por servicios wireless, tienen siempre su capacidad al límite, y la demanda no cesa. No hay dudas de que la gente está ávida de estos servicios.

El punto crítico y que se discute aquí (y en todos lados, claro) es el CÓMO llegar a los sitios alejados, donde por razones de mercado las grandes compañías y los prestadores de servicio no llegan. Se trata, obviamente, de generar las sinergias necesarias en la sociedad para hacer viable este proyecto. Si nos fijamos en el concepto de Retorno de la Inversión, seguramente no será rentable para nadie brindar un servicio en una localidad pequeña a precios razonables. Y por otro lado………la gente que allí vive tiene tanto derecho y necesidad de acceder a esa “conectividad” como lo hace cualquier otro en una gran ciudad. ¿Cómo logramos que, en lo que a acceso a la información respecta, ese ciudadano juegue en primera?

Bien, no diré ninguna verdad novedosa, si digo que esto se logra por asociación, por cooperación, por colaboración, por generación de sinergias entre varios actores. Esto ya se sabe, se conoce, y también se conocen los medios físicos y técnicos que podrían intervenir. Creo que sólo falta un poco más de voluntad de parte de algunas personas que tienen el poder y la responsabilidad de decidir. Decidir, por ejemplo, otorgar un pequeño subsidio para estos servicios, montos irrisorios comparados con otros proyectos más mediáticos o más “grandes”. Se puede, por ejemplo, conformar una agrupación de vecinos que contrate un servicio en conjunto, y lo instale en un lugar común, para uso compartido (puede aparecer un mecenas…¿porqué no?). Existen ya hoy, en la Argentina, diversas tecnologías que permiten conformar una pequeña red de usuarios con una inversión muy baja (armar una red LAN wireless para compartir un acceso dedicado de Internet, por ejemplo).

Considero un desafío y a la vez un proyecto interesante para quienes estén en posición de decidir, el jugarse por “acercar” el mundo a los ciudadanos. Paradójicamente, no es algo que requiera fondos enormes, ni esfuerzos de construcción gigantes, ni plazos de implementación milenarios. Creo que sólo es cuestión (si, me permito soñar) de que despertemos, y nos demos cuenta de los inmensos beneficios, directos e indirectos, que tendría para toda la sociedad, que más ciudadanos puedan acceder a las comunicaciones, tanto de voz como de datos e Internet.

No dudo de que en las altas esferas decisoras, hay gente que sabe que si acerca a la gente la educación y los medios para educarse, se logra una sociedad mejor, más educada y más informada, y con mejores opciones y oportunidades para la vida.

Miren sino, cómo logra promocionarse ante el mundo, este Parque de Nieve Cerro Batea Mahuida (este es el link), en la provincia del Neuquén, y que está coordinado y operado por una Comunidad Mapuche, ¿no es acaso un ejemplo de que se puede?

A ver, vamos………..a buscar ejemplos similares y a imitarlos. ¿Quién me ofrece algún otro ejemplo similar en otra provincia o localidad?

¿Sería muy descabellado imaginar una avalancha de ideas, y que luego esas ideas se llevaran a la práctica?

No. No sería muy descabellado.

Sería genial.

Hasta el próximo post.
Abrazos.

jueves, 11 de octubre de 2007

Esto es personal. Aunque….¿qué no lo es?


Me operé los ojos. Me operé, me operaron, luego de años de pensarlo, y luego de por fin este año tomar la decisión. La verdad…QUÈ BIEN QUE VEO AHORA! Qué distinto es despertarme a la mañana y…ver. Qué hermoso es mirar el amanecer por la ventana y descubrir si está nublado o no; si lo que se ve al fondo del horizonte son nubes o humo. Qué fantástico poder leer los carteles indicadores de las calles. Qué reconfortante prestar atención a una oferta de “Papa Blanca 2 Kg x $3,50”…hasta los detalles más comunes se vuelven trascendentes. Y todo sucede, como diría el gran Inodoro Pereyra, todo sucede “en un redepente!”

Me siento un turista en mi propia casa. Mientras desayuno o me tomo unos mates, miro y leo los lomos de los libros que están en mi biblioteca, veo qué radio está sintonizada en el equipo de música, veo si la carne está cocida o jugosa, veo si me estoy por cortar al afeitarme, veo...veo! Y sin anteojos, sin lentes de contacto, sin tener que ponerme nada. ES FANTÁSTICO!

Señoras, Señores, este post no tiene nada que ver con la ingeniería, nada que ver con los proyectos, nada que ver con los viajes y con las aventuras.
Este post tiene que ver con la esperanza, con la alegría, con el optimismo. Qué bien que me atendieron en el Instituto Zaldívar, hay que decirlo y bien fuerte. Qué calidez humana para atender a tanta gente y con un tema que es delicadísimo. Agradezco y felicito al Dr. Roberto Zaldívar y su equipo, son unos verdaderos tigres, son unos sabios de la montaña, son unos genios.

Quiero que todos sepan, aquellos que tienen “algo” en los ojos, que aún el más complicado, tiene esperanza, tiene posibilidades. Hay que buscar, informarse, preguntar, visitar, recorrer. Hay que investigar en el mundo real y en la web. Hay que preguntar a los que ya se operaron. Y luego……….hay que animarse! Hay que ir con ganas, con alegría, con esperanza! Es fundamental una actitud positiva, es fundamental tener confianza. Yo la tuve. Fui convencido, fui sabiendo que estaba en las mejores manos para operarme. Fui sabiendo que del primero al último de los que me atendieron, conocen muy bien su tarea y la cumplen a la perfección. La confianza que yo deposité en ellos, los fortaleció en el momento de atenderme, y me volvió multiplicada. Significó una comunión entre nosotros durante las operaciones y los controles, que hicieron que yo me sintiera muy bien. Así fue que mi cuerpo, mi espíritu y mi alma recibieran bien la operación. Me sentí relajado, tranquilo. Ni hablar que con un estado de ánimo así, todo es más fácil.

En fin………como dije, esto es tan personal que quizás suene descolgado. Pero, luego de la operación, luego de haber estado en un quirófano, aunque por pocos minutos, recibí una enseñanza nueva. Experimenté una situación de vida que no había vivido personalmente: ser operado, ser revisado por las enfermeras, ser vestido de verde, etc. Entiendo ahora a los que pasaron por operaciones. Y eso que esta de los ojos duró apenas 15 minutos por ojo, casi nada. Y encima no me durmieron, fue con anestesia local. Estuve despierto, y hasta casi diría mirando. En realidad no se ve casi nada, es como estar bajo el agua, el ojo con un líquido protector, se ven apenas las manos del sabio manejando el instrumental, y se escucha su voz diciendo “cómo andás Juan, todo bien?”.

Y qué quieren que les diga……SEEEEEEEEEEEE!! TODO BIEN!!

Tuve muchísima suerte de estar muy bien preparado, tanto en lo físico (los cuidados previos), como sobre todo en lo anímico, en el “espíritu” que hay que tener para someterse a una operación. Y bueno, esto es lo que quiero contar, esto es lo que quiero transmitir: para todos los que se tienen que operar o tratar de algo, de cualquier cosa, la clave es convencerse uno mismo de que “esto es bueno para mí, esto me ayudará, esto va a salir bien”. Obviamente no es fácil en todos los casos ni para todos, pero estoy CONVENCIDO de que se puede hacer una diferencia ENORME si uno está con actitud positiva, si uno está con tranquilidad. Qué se yo: respirá hondo cien veces. Creéme que funciona (pero que sean CIEN veces, sin trampas….).

Ahora……….los dejo hasta el próximo post.

Tengo que ir a VER un tema……como por ejemplo la foto que encabeza. Es un detalle de los Portones de entrada al Parque San Martín de Mendoza, a media cuadra de la clínica-instituto Zaldivar. El cóndor que está ahí………….simplemente lo ví. Lo pude ver.

;-))