Minga.
Minga minga. Re minga.
En el lunfardo argentino, la palabra "minga" hace referencia en general a una negación. Es como decir: "no". Pero tiene más énfasis. Es como decir, en realidad: "no, ni ebrio...".
En el universo cómic de mi infancia, y robándole el argumento al anti-heroe Pepe Sánchez, "minga" era una tribu indígena del Perú. Eran, en realidad, los "mingas". Parece que tenían mucho oro a su alrededor, en sus montañas y en su vida, y también parece que cuando los primeros españoles llegaron a sus dominios y les ofrecieron canjear el oro por otras cosas, los indígenas respondieron con una palabra: "minga!" (o, según estudios más serios, dijeron: "mingá!", con más énfasis). Como quiera que fuera, los locales no querían entregar el oro, y a los adelantados exploradores les pareció que más que nombrarse a sí mismos, los "minga" se negaban, y asociaron la palabra a la negación.
En fin. En mi caso, digo bien fuerte "Minga!" al anzuelo que dejé en mi post anterior. Alguien creyó que yo iba a dar recetas mágicas para "soportar la crisis económica"? ...Minga!!
No hay recetas para el hombre aturdido, inseguro, atemorizado de hoy. No hay recetas que valgan para quienes no creen en nada más que en lo material, en el "tener" más que en el "ser".
Tanto en épocas de bonanza, como en épocas de crisis, no hay recetas para "zafar" (otro neologismo argentino). Para el que vive siempre buscando la "oportunidad de zafar", esta es una época difícil, complicada, agorera de males por venir.
Sin embargo, para el que está tranquilo, seguro de sí mismo y de sus convicciones, para el que guía su vida por sus decisiones y sus acciones, esta época es tan buena como cualquier otra. Para el que tiene un rumbo y sabe lo que quiere, la crisis ecónomica sólo es un leve viento en otra dirección, que se contrarresta con más empuje hacia donde quiere ir.
Siempre, siempre, es bueno saber qué quiere uno en la vida, qué quiere SER, qué quiere HACER, a dónde quiere IR, qué quiere APRENDER, qué quiere CONOCER. Con esto en mente, no hace falta ninguna receta mágica. Con esto en mente, en forma natural surgen las decisiones adecuadas para cada momento, para cada circunstancia.
Podría decir que si uno le da valor a lo IMPORTANTE, a lo VERDADERAMENTE IMPORTANTE, uno está tranquilo y asegurado de por vida. De por varias vidas!
Así que amigas y amigos, les digo...minga! vayamos a lo importante, y pongamos fuerza en ello. Miremos en nuestra alma qué somos, qué queremos ser, y luego del corazón sacaremos las fuerzas para lograrlo.
...no sé, me ha gustado la palabra "minga!". Quizás si todos la repetimos como un mantra, convenceremos a muchos de no dejarse llevar por las pavadas, y que vuelvan a mirar lo importante.
Minga! Minga!
Abrazos mingueros.